El caso de Amado Melo se nos revela como la pura persistencia encarnizada. Arquitecto, pintor, escultor, dibujante, vitralista y bohemio por excelencia. Durante mas de 25 años se mantiene activo, polifacético, acechante, viajero, apasionado, “Conversador de arte”. El resultado ha sido una obra en proceso a través de la cual intenta plasmar un íntimo universo visual pleno de alusiones a lo biológico seminal. A las raíces de la fertilidad, a la “metafísica de la materia” y a los enigmas de la imaginación.